martes, 15 de mayo de 2007

El viejo hotel: No se admiten modas.


Una lluviosa tarde, hace ya bastantes años, llegamos 6 o 7 amigos, niños aún, a un clásico pero ya abandonado hotel de Ancud. Era uno de nuestros refugios invernales, y ese día, como fué costumbre aquel invierno de 1990, fuimos a escuchar música y de paso a cobijarnos de la fuerte lluvia y el viento que azotaba a la isla de Chiloé. Entramos por una ventana vieja y nos sentamos en el suelo tranquilamente para oir nuestro querido "rock pesado" que poco a poco comenzabamos a descubrir. Pusimos el cassette "Appetite For Destruction" en nuestra vieja radio negra IRT, de un solo parlante y que funcionaba a golpes cuando las pilas ya no daban más. De repente, en la oscuridad de aquel lugar, sentimos algunas risas y entre ellas una voz, adulta, que nos dice: "Guns n' Roses? Ja ja ja!! Eso no es rock de verdad, es rock pa' cumpleaños!!". No nos habíamos percatado que en un rincón habían tres tipos mayores, que, acurrucados, fumaban y bebían una botella de ron o algo así. Aparte del susto que nos llevamos, recuerdo haber sentido una gran rabia e impotencia al oir aquellas palabras: Tratar a mis queridos Guns n Roses de basura!! En fín, el asunto es que nos acercamos a ellos, y aunque rechazamos gentimente la botella que nos ofrecían, nos pusimos a charlar de música, o mejor dicho, a escuchar sus lecciones sobre el buen rock y sus reflexiones sobre lo podrido y asquerosamente comercial que era el rock en la actualidad. Nos dijeron que el rock dejaba de ser verdadero cuando aparecía masivamente en la tv o en la radio, y que todo debería ser como en los 70's. A decir verdad, lo único que hacían era repetirnos cosas como: "Escuchen a Deep Purple" ," Led Zeppelin son los mejores", "El rock de los 70 es el verdadero; lo de ahora es basura porque sale en la tv","... y Hendrix, y los Doors y Santana, y blah, blah, blah..."

Pasó el tiempo, y claro, escuché a todos esos grupos; y sí que eran geniales!! Sin embargo, tambien era genial la música que yo lentamente descubría y aquellos viejos rockeros tanto despreciaban; el Rock que sonaba en la radio, los grupos que esperaba ver cada fín de semana por "Sabado Taquilla", las canciones que estaban de moda, pero que también me estaba iniciando y que marcaban poco a poco el fín de mi niñez... y el comienzo de mi juventud. Siempre me dije, que no quería llegar a convertirme en uno de esos tipos, con esa actitud tan estúpida y esa mentalidad tan cerrada.

Años mas tarde, me encontraba conversando en la plaza de Ancud con un niño de unos 13 o 14 años de edad, que recién había formado una banda y me pedía algunos consejos. Recuerdo que me dijo que sus grupos favoritos eran Korn, Limp Bizkit y otros de los que yó jamas había oído. Vaya cual sería mi sorpresa!! Despues de un par de minutos, me sorprendí a mi mismo dando un añejo monólogo y hablando de la misma manera y casi textualmente como hacía 10 años atrás unos viejos borrachos me hablaron en un viejo hotel abandonado. Me sentí realmente mal. El niño me miraba con una carita de asustado; obvio, después de haberme escuchado hablar tanta mierda en contra de sus bandas favoritas y de las tendencias rockeras de moda, de seguro tenía la misma cara que puse yó cuando me insultaron a mis queridos Guns n Roses. Lo más curioso es que yo tenía casi olvidado aquel incidente del viejo Hotel Quintanilla (así se llamaba por aquel entonces). No sé cómo pude suavizar mis palabras y lograr darle un nuevo sentido a la conversación con ese niño. Le terminé diciendo que trate de escuchar diversos estilos de rock para tener asi una visión más general y llegar a ser mejor músico. Lo aconsejé que se la juege por sus sueños y por la música que ama. En fín, salí bien del paso, pero la sensación de sentirme como uno de esos viejos y patéticos rockeros de mente cerrada fué horrible. Esta es una anécdota que nunca he podido olvidar, y me ha servido para comprender mejor aquellas típicas actitudes de intolerancia que a veces afloran, querámoslo o nó, en cada uno de nosotros.

La música que más nos gusta, aquella que más amamos, es la que aparece en el momento preciso en nuestras vidas. Puede ser en la adolescencia, con los amigos, en algún carrete inolvidable, una tarde con una chica, en fín: En algún momento o época maravillosa y que nos marca para siempre. Es un ciclo que se repite en cada generacíon. Los "pendejos" que aman a los grupos actuales o "grupos de moda" están viviendo lo mismo que viví yó al descubrir a los Guns, Skid Row o Bon Jovi (grupos que tambien fueron moda!!). Comienzan a carretear, disfrutan, sueñan, crecen, pololean con esa música y en 10 años mas tendrán los mejores recuerdos de sus vidas!! En el fondo, la vivencias del joven rockero son las mismas, tan sólo cambia la época. Muchas veces nos inundan los prejuicios, teniendo sólo a la nostalgia o la ignorancia como nuestros penosos argumentos. ¿Han visto a esos típicos viejos cincuentones, que cuentan lo maravilloso que eran sus tiempos de rockero y que sólo hablan de los Beatles o los Stones? Patéticos!! No quiero llegar a parecerme a ellos algun día.

A todo esto, uno de esos tipos que conocí en ese viejo hotel, justamente el más rockero de todos, hoy es evángélico, fanático!! Hace un tiempo me enteré que había dejado sus vicios, entre ellos el Rock. Quién lo diría! Lo conocí bebiendo en una pocilga llena de ratas y hoy está a punto de ganarse el cielo. Lo que más me dolió es que se deshizo de todos sus vinilos; algunos los regaló... Y otros los quemó!! Podría haberme regalado unos pocos!! En fín, sus amigos (ya cuarentones), siguen siendo viejos rockeros, aún beben, en las esquinas o bajo los árboles de alguna plaza o en la costanera, y de seguro siguen quejándose del rock actual.

Bueno, eso sería por hoy. Estuvo larga mi historia, pero es cierta, fome pero cierta.
Ahh..!! Con respecto a la foto!! Ahy está el ex Hotel Quintanilla, y ya no está abandonado, lo reconstruyeron, le cambiaron el nombre y ahora es uno de los mas famosos de la ciudad.
Saludos a todos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

presioso hombre.. que reflexion a muchos nos ha pasado.. se supone que la musica marca nuestras vidas por eso hay que respetar la que le alla tocado a las personas.

abramos la cabeza, jaja no seamos como esos borrachillos del hotel ...meramente genial la historia.

saludos desde Antofagasta